Desalojo en Marruecos: la última acción del Polo en la Alcaldía

Antonio Romero

El violento desalojo de más de 180 familias del barrio Marruecos, el pasado lunes 23 de enero, fue el cierre de la administración del Polo Democrático en Bogotá. Los habitantes de este sector habían sido víctimas hacía cuatro años de urbanizadores piratas y esta vez fueron víctimas de la brutalidad policial. Esta operación fue dirigida por la Alcaldesa de la Localidad de Rafael Uribe, Martha Bolívar, integrante del Polo Democrático y del Partido Comunista de Colombia.

¿Cómo llega un militante de izquierda a dirigir una acción contra un humilde barrio y dejar cientos de personas sin techo? Martha Bolívar ha manifestado que cumplía una orden judicial que buscaba desalojar a los ‘invasores’ y construir un parque para la comunidad.

La responsabilidad no es individual, la responsabilidad política es del Polo Democrático (pues recordemos que los actuales alcaldes hacen parte de la pasada administración) que de esta manera cierra su administración en Bogotá. El Polo realizó un acuerdo con la derecha para administrar la ciudad en cumplimiento de su Ideario de Unidad en el que defienden el Estado Social de Derecho, es decir, fallos judiciales como el que dejó a más de 180 familias en la calle.

Y fue una instancia judicial, la Corte Constitucional, la que suspendió la operación policial contra los pobladores, lo que muestra que sí había posibilidades de ‘desacatar’ la orden, más aún cuando el propietario es el mismo Distrito de Bogotá. Pero incluso si no tuviera más salidas, no hay ninguna explicación para que una administración de ‘izquierda’ no prefiera la renuncia o las retaliaciones jurídicas antes que cometer esa acción criminal contra unas familias pobres.

Fue de tal dimensión este oprobio que la Asociación Nacional de Ayuda Solidaria, ANDAS, manifestó en comunicación pública: “…no se justifica desde ningún punto de vista la manera en que actuó la señora Alcaldesa local Martha Bolívar, para el desalojo y la ausencia de garantías a los derechos fundamentales de los afectados, cuando se escucha a la señora alcaldesa en los medios de comunicación, en clara demostración de abuso de autoridad”.

Se explica, entonces, por qué la izquierda guardó silencio durante la Alcaldía de la Familia Moreno Rojas: porque la mayoría de las fuerzas que hacen parte del Polo Democrático tuvieron participación burocrática en esta administración. Por eso es falso que el desprestigio del Polo se deba en lo fundamental a una campaña de la derecha y menos aún al sectarismo de las organizaciones que no han ‘comprendido la necesidad histórica de la unidad’, su desprestigio radica en su programa de conciliación de clases, en sus acuerdos con la burguesía, en su instrumentalización de las luchas sociales con fines electorales.

La otra cara del Polo, el Progresismo, lo sucedió en la administración distrital y – mientras vociferan contra Petro – no sólo no han sido capaces de declararse en oposición sino que, algunos sectores, esperan la posibilidad de un acuerdo que les devuelva sus privilegios burocráticos.

Por ello la débil solidaridad de esta izquierda con los abusos y crímenes cometidos con la población en América Latina, el silencio que guardaron ante la Invasión a Haití en la que participó el ‘gobierno democrático’ de Lula o el caso más reciente, el del barrio Pinheirinho en Brasil.

Allí, en Pinheirinho, la Central Sindical y Popular- Coordinación Nacional de Luchas, CPS – Conlutas, estuvo luchando al lado de los desalojados, como se espera que lo haga una organización de los trabajadores y el pueblo.

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